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文档简介

nmesisisaac asimovnmesispgina: 1isaac asimova mark hurst,mi inestimable corrector,quien me supera, creo yo,en el afn por perfilarmis manuscritos.ndiceprlogo5i. marlene6ii. nmesis13iii. madre20iv. padre23v. el don31vi. aproximacin34vii. destruccin?39viii. agente44ix. erythro49x. persuasin55xi. rbita59xii. clera61xiii. cpula67xiv. pescando76xv. plaga82xvi. hiper espacio86xvii. segura?92xviii. superlumnico97xix. permanencia104xx. prueba109xxi. exploracin del cerebro117xxii. asteroide124xxiii. viaje areo126xxiv. detector133xxv. superficie139xxvi. planeta147xxvii. vida152xxviii. despegue158xxix. enemigo164xxx. transicin169xxxi. nombre172xxxii. perdidos180xxxiii. mente186xxxiv. cerca193xxxv. convergiendo200xxxvi. encuentro213eplogo231nota del autoreste libro no forma parte de las series de la fundacin, de los robots ni del imperio. tiene carcter independiente. he credo necesario hacer esta aclaracin para evitar confusiones. desde luego, algn da podra escribir una novela que relacionara sta con las otras; pero pensndolo bien, considero que no debo hacerlo. la verdad es que no estoy seguro de cunto tiempo podr seguir estrujndome el cerebro para concebir estas complejas historias de nuestro futuro.hay otra cosa. hace mucho tiempo tom la decisin formal de seguir una regla fundamental en mis escritos: ser claro. he desechado cualquier tentacin de escribir poticamente o de modo experimental, o de cualquier otra forma que me permitiera (si fuera lo bastante bueno) obtener el premio pulitzer.he escrito con la mayor claridad y, de este modo, he establecido una clida relacin con mis lectores, y con los crticos profesionales. bueno, que ellos piensen como quieran.de cualquier manera, mis historias se escriben por s solas. eso es lo que temo. en este caso me sorprend al descubrir que sta la estaba escribiendo en dos tiempos. unos acontecimientos se producan en el presente del relato, y otros acontecimientos tenan lugar en el pasado, aunque se aproximaban progresivamente al presente. estoy seguro de que el lector no tendr dificultad alguna en comprenderlo, y ya que todos somos amigos, las cosas quedarn perfectamente claras.prlogol se hallaba all sentado, solo, enclaustrado.fuera estaban las estrellas. y una estrella especfica con su pequeo sistema de mundos. l poda verla en la mente con ms claridad que si pudiera abrir la opaca ventana para contemplarla tal cual era. una estrella pequea, rojiza, color de sangre, que evocaba destruccin y haba sido bautizada con un nombre apropiado: nmesis!nmesis, diosa de la venganza divina.reflexion de nuevo sobre la historia que oy cierta vez cuando era nio. una leyenda, un mito, un cuento acerca de un diluvio universal que barri a una humanidad pecadora, degenerada, dejando slo una familia con la cual recomenzar. en esta ocasin, nada de inundaciones. slo nmesis.la degeneracin de la humanidad haba retornado y el nmesis que la visitara era un juicio apropiado. no sera un diluvio. no una cosa tan simple como un diluvio.incluso el resto que pudiera escapar. adnde ira? por qu no le inspiraba lstima alguna? la humanidad no poda continuar tal cual era. estaba muriendo lentamente por culpa de sus propios desafueros. y si trocase una muerte lenta, atroz, por otra mucho ms rpida, sera eso motivo suficiente para entristecerse?aqu, girando a todas luces, un planeta, nmesis. girando alrededor del planeta, un satlite. girando alrededor del satlite, rotor.aquel diluvio antiguo arrastr consigo hacia la salvacin un arca. l tena una nocin muy vaga de lo que era un arca: pero rotor podra ser su equivalente. contena una muestra de la humanidad que permanecera a salvo y sobre cuya base se construira un mundo nuevo y mucho mejor.para el mundo antiguo slo habra. nmesis!volvi a reflexionar acerca de ello. una estrella enana roja movindose en su trayectoria. ella y sus mundos estaban a salvo. no as la tierra. nmesis se hallaba en camino. hacia la tierra! descargando su venganza!i. marlene1marlene haba visto el sistema solar cuando tena poco ms de un ao. no lo recordaba, claro est.haba ledo mucho al respecto, pero ninguna de esas lecturas le haba hecho sentir que aquello pudiera haber sido jams parte de ella, ni ella parte de aquello.durante sus quince aos de vida, haba tenido slo recuerdos de rotor. lo haba credo siempre un mundo vasto. despus de todo, meda ocho kilmetros de una parte a otra. desde que tena diez aos, ella lo haba recorrido de cuando en cuando (una vez al mes si le era posible) para hacer ejercicio; y, en algunas ocasiones, haba seguido las rutas de escasa gravedad para poder fluctuar un poco. eso era siempre divertido. entre fluctuaciones y caminatas, rotor segua adelante con sus edificios y parques, con sus granjas y, sobre todo, con su gente.le costaba casi un da hacer ese recorrido; pero su madre no pona objeciones. afirmaba que rotor era seguro a toda prueba. “no como la tierra” sola decir. pero sin explicar por qu la tierra no era segura. y cuando se le preguntaba el porqu, responda: “eso no importa.”era la gente lo que menos le gustaba a marlene. segn se deca, el nuevo censo revelaba la existencia de sesenta mil personas en rotor. demasiadas. ms que demasiadas. cada una de ellas mostraba una careta. marlene aborreca ver esas caretas a sabiendas de que detrs haba algo diferente. y no le estaba permitido decir nada al respecto. lo intent varias veces siendo ms joven; pero su madre se haba encolerizado y le haba dicho que no mencionara nunca ms semejantes cosas.cuando marlene creci pudo ver con ms claridad la falsedad; aunque eso le incomod menos. entretanto, haba aprendido a darlo por supuesto y a pasar el mayor tiempo posible consigo misma y con sus propios pensamientos.ltimamente, stos estuvieron puestos a menudo en erythro, el planeta alrededor del cual giraron durante casi toda su vida. ella no se explicaba por qu la asaltaban tales pensamientos, pero sola deslizarse fluctuando hasta la cubierta de observacin a las horas ms inadecuadas slo para observar con mirada hambrienta el planeta, deseando estar all. all mismo, en erythro.su madre sola preguntarle, impaciente, qu motivaba ese deseo de habitar un planeta vaco, yermo. ella no supo nunca darle respuesta. porque lo ignoraba.slo s que quiero ir all contestaba.ahora, marlene lo estaba contemplando a solas en la cubierta de observacin. los rotorianos visitaban raras veces aquel lugar. lo habrn visto todos ellos, supuso marlene, y de resultas no comparten conmigo ese inters por erythro.all estaba; una parte iluminada, la otra a oscuras. ella recordaba, de un modo vago, que muchos aos atrs la haban levantado en brazos para que lo viera surgir, y despus le mostraron cmo aumentaba de tamao sin cesar a medida que rotor se le aproximaba con lentitud.era un recuerdo autntico? podra serlo. despus de todo, ella habra estado rondando ya los cuarenta aos por aquel entonces. pero ahora ese recuerdo, genuino o no, qued anulado por otros pensamientos, por una comprensin creciente de la magnitud de un planeta. erythro tena doce mil kilmetros largos de dimetro, no ocho. marlene no pudo concebir semejante tamao. no le pareci tan grande en la pantalla ni se pudo ver plantando pie en l y tendiendo la vista a lo largo de centenares o incluso millares de kilmetros. slo supo que le gustara muchsimo hacerlo.aurinel no se interesaba por erythro, lo cual la decepcionaba. l deca tener otras cosas en las que pensar; como, por ejemplo, prepararse para la universidad. tena diecisiete aos y medio. marlene acababa de cumplir los quince. no es una gran diferencia, se dijo, sobre todo pensando que las chicas nos desarrollamos ms aprisa.o por lo menos debiramos. baj la vista para mirarse y pens con su habitual disgusto y desencanto que, por una razn o por otra, ella segua pareciendo una chiquilla baja y rechoncha. mir otra vez a erythro, enorme, hermoso y con un suave resplandor rojizo donde estaba iluminado. tena tamao suficiente para ser un planeta; pero, en verdad, como muy bien saba ella, era slo un satlite. giraba alrededor de megas. y megas, todava mucho mayor, era el verdadero planeta, aunque todo el mundo diese tal nombre a erythro. los dos juntos, megas y erythro, y tambin rotor giraban alrededor de la estrella nmesis.marlene!marlene oy la llamada a sus espaldas y reconoci la voz de aurinel. desde haca un tiempo, la lengua se le pegaba cada vez ms al paladar en presencia de l, y la causa de ese atasco le causaba perturbacin. le encantaba el modo que tena aurinel de pronunciar su nombre. lo haca como era debido, tres slabas, mar-le-ne, pero con un leve trino en la erre. slo el orlo la enterneca.dio media vuelta y, procurando no enrojecer, farfull:hola, aurinel.contemplando a erythro verdad? le dijo l con una sonrisa.marlene no respondi. desde luego, eso era lo que haba estado haciendo todo el mundo saba cules eran sus sentimientos acerca de erythro.cmo es que ests aqu?(dime que me estabas buscando, pens.)tu madre me envi dijo aurinel.(qu le vamos a hacer!)para qu?segn dice ella, ests malhumorada y cada vez que te compadeces de ti misma subes aqu, de modo que yo deba venir a buscarte porque permanecer en este lugar servira slo para acongojarte ms. dime, por qu estas malhumorada?no lo estoy. y si lo estuviera, mis motivos tendra.qu motivos? vamos, ten nimo. no eres ya una nia pequea. debes demostrar que posees capacidad suficiente para expresarte.s articular palabras, gracias. mis motivos son que me gustara viajar.aurinel se ri.t has viajado, marlene. has viajado ms de dos aos luz. en toda la historia del sistema solar nadie ha viajado jams una pequea fraccin de ao luz. excepto nosotros. as que no tienes derecho a quejarte. eres marlene insigna fisher, la viajera galctica.marlene dej escapar una risa ahogada. insigna era el apellido de soltera de su madre; y, cada vez que aurinel pronunciaba seguidos los tres nombres, se cuadraba y haca una mueca cmica. llevaba mucho tiempo sin hacerlo. ella supuso que era porque estaba convirtindose en adulto y necesitaba hacer prcticas de dignidad.no consigo recordar lo ms mnimo de ese viaje dijo marlene. sabes que no me es posible hacerlo; y, si una cosa no se recuerda, significa que no tiene importancia. estamos aqu, a dos aos luz o ms del sistema solar, y nunca volveremos.cmo lo sabes?vamos, aurinel! has odo alguna vez a alguien hablar de volver?bueno, y aunque no lo hagamos, a quin le importa? la tierra es un mundo abarrotado, y todo el sistema solar se abarrota y avejenta por momentos. salimos mejor librados aqu. dueos de todo cuanto contemplamos.no, eso no es cierto. contemplamos a erythro, pero no descendemos a l para dominarlo.claro que s. hemos instalado una magnfica cpula en erythro. lo sabes muy bien.no para nosotros. slo para algunos cientficos. yo estoy hablando de nosotros. ellos no nos permiten bajar all.eso llegar a su debido tiempo dijo animoso aurinel.seguro, cuando yo sea una anciana. o est muerta.las cosas no estn tan mal. sea como sea, sal de ah, regresa a la realidad y satisface a tu madre. no puedo quedarme ms aqu. tengo qu hacer. dolorette.marlene not un zumbido en los odos. y no oy con claridad lo que aurinel dijo despus de eso. le bast con or. dolorette! marlene aborreca a dolorette, la cual era alta y. vacua.aunque por qu molestarse? aurinel la haba estado rondando y marlene adivinaba, slo con mirarlo, cules eran sus sentimientos acerca de dolorette. le haban enviado all a buscarla y el hombre estaba desperdiciando su tiempo. ella intuy cmo se senta aurinel y cunto anhelaba volver a esa. a esa dolorette. (por qu tendr siempre tanta capacidad para adivinar las cosas? a veces resultaba aborrecible!)de sbito, marlene dese herirle, quiso encontrar palabras para causarle dolor. palabras veraces, pens. ella no te mentira.nosotros no regresaremos nunca ms al sistema solar dijo. y conozco el porqu.ah! cul es? y como marlene vacilaba sin atreverse a hablar, l aadi: tal vez un misterio?marlene se sinti atrapada. nadie esperaba que fuese ella quien lo revelara.no quiero decirlo balbuce. se supone que yo no lo s. pero s quiso decirlo. en aquel instante dese que todos se sintiesen mal.pero me lo dirs. somos amigos no es cierto?lo somos? inquiri dubitativa, y luego manifest: bien. te lo dir. no volveremos ms porque la tierra va a ser destruida.aurinel no reaccion como ella esperaba. estall en un acceso de risa estridente. le cost un rato dominarse mientras ella le fulminaba con la mirada.dnde oste eso, marlene? le pregunt. has estado viendo otra vez pelculas escalofriantes.nada de eso!por qu dices semejante cosa?porque lo s. puedo intuirlo. por lo que la gente piensa pero no lo dice, y por lo que hace cuando no sabe lo que est haciendo. y por las cosas que me cuentan las computadoras cuando le hago las preguntas justas.no existir la posibilidad? aurinel junt mucho dos dedos. una pequea posibilidad de que tu imaginacin est volando?no, no hay tal posibilidad la tierra no ser destruida ahora mismo, quiz se tarde mil aos. pero ser destruida. marlene hizo un gesto solemne de asentimiento con el rostro tenso. y nada podr detenerlo.dicho esto, dio media vuelta y se alej, furiosa con aurinel por haber dudado de ella. no, no era que hubiese dudado. haba sido algo peor que eso. la haba tomado por loca. y el resultado era que ella haba dicho demasiado y no haba obtenido nada a cambio. todo le haba salido mal.aurinel se qued mirndola con fijeza. entretanto, la risa ces de alterar su hermoso rostro juvenil, y cierto barrunto de inquietud le arrug la piel entre las cejas.2eugenia insigna haba alcanzado la edad madura durante la travesa hacia nmesis y en el curso de la larga estancia despus de la llegada. al correr de los aos, ella haba procurado tenerlo presente de forma peridica, dicindose: hago esto por la vida, y por la vida de nuestros hijos en un futuro ignoto.siempre la abrum ese pensamiento.por qu? era como una consecuencia inevitable de lo que ellos haban hecho desde el momento en que rotor abandon el sistema solar. cuantos se hallaban a bordo de rotor (todos ellos voluntarios) lo haban sabido. los que no tuvieron corazn para la separacin eterna, abandonaron rotor antes del despegue. y entre estos trnsfugas estuvo.eugenia no dio fin a ese pensamiento. la asaltaba a menudo y ella procuraba siempre no terminarlo.ahora todos estaban aqu, en rotor; pero se poda llamar “hogar” a rotor? era hogar para marlene, que no haba conocido ninguna otra cosa. pero y para ella misma, para eugenia? hogar era tierra, luna, sol, marte y todos los mundos que haban acompaado a la humanidad a lo largo de su historia y su prehistoria, los cuales escoltaron a la vida desde que surgi su primera chispa. incluso ahora la asedi el pensamiento de que su “hogar” no estaba all, en rotor. pero al fin y al cabo, ella haba pasado los primeros veintiocho aos de su existencia dentro del sistema solar y, entre los veintiuno y los veintitrs aos, hizo un trabajo intelectual con licenciatura sobre la propia tierra.cun extrao era que el pensamiento sobre la tierra la acechara de forma peridica para perdurar! pues a ella no le haba gustado la tierra. no le haban gustado sus multitudes, ni su pobre organizacin, ni su combinacin entre anarqua para las cosas importantes y fuerza estatal para las pequeas. no le haban gustado sus arrebatos de mal tiempo, ni sus cicatrices sobre la corteza terrestre, ni su exorbitante ocano. ella haba vuelto a rotor con una gratitud desbordante, y con un nuevo marido a quien intent convencer de las excelencias de su querido y pequeo mundo giratorio. y hacer que la comodidad sistemtica de ste fuera tan grata para l como para ella. pero l se haba percatado slo de su exigidad.agotas tus posibilidades en seis meses haba dicho.y ella no pudo retener su inters mucho ms de ese tiempo. ah, qu se le iba a hacer.!pero eso se solucionara. no para ella, pues eugenia insigna estaba perdida para siempre entre mundos; pero s para las nias. la pequea eugenia haba nacido en rotor y podra vivir sin la tierra. marlene haba nacido, o casi nacido, en rotor, y podra vivir sin el sistema solar. exceptuando la vaga impresin de haber tenido su origen all.en cambio, sus hijos no conoceran siquiera eso ni sentiran la menor preocupacin. para ellos, la tierra y el sistema solar seran una cuestin mtica, y erythro un mundo en rpido desarrollo.al menos, eugenia lo esperaba as. marlene tena ya esa extraa obsesin con erythro que se haba adueado de ella en los ltimos meses, y poda desaparecer con la misma rapidez que haba surgido.en resumidas cuentas, quejarse sera el colmo de la ingratitud.nadie habra podido imaginar un mundo habitable en rbita alrededor de nmesis. las condiciones que creaban esa habitabilidad eran notables.si se calcularan tales probabilidades y se les sumara la proximidad de nmesis al sistema solar, habra que negar toda posibilidad de que tal cosa hubiera sucedido.eugenia insigna se volvi hacia los partes diarios que la computadora, con la paciencia infinita propia de su condicin, esperaba para darle. sin embargo, antes de que pudiera formular una pregunta, su recepcionista le transmiti una sea

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