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herbert, frank - los ojos de heisenberglos ojos de heisenbergpgina: 1frank herbertttulo original:the eyes of heisenberg1 edicin: febrero 19931haban programado lluvia para la maana, pens el doctor thei svengaard. la lluvia hace que los padres se sientan inquietos. y no digamos el efecto que causa sobre los mdicos.una rfaga de viento hmedo, invernal, hizo crujir la ventana que tena a sus espaldas. se levant con la intencin de cerrarla, pero los durant -los padres de aquella maana- tal vez se sentiran ms alarmados por el silencio, inaudito en un da as.el doctor svengaard se acerc a la ventana y contempl la multitud de transentes; turnos de da que acudan al trabajo en la megpolis y turnos de noche que regresaban al hogar. el hormigueo de las gentes arriba y abajo causaba una sensacin de energa y vitalidad a pesar de su vida de trogloditas. la mayora de ellos eran sterries, sin hijos., estriles. iban y venan, numerados pero innumerables.haba dejado el intercomunicador abierto en recepcin y oa cmo su enfermera, la seora washington, importunaba a los durant con preguntas y formularios.rutina.este era el lema. todo tena que parecer normal, como de costumbre. los durant y todos los que haban tenido la fortuna de haber sido elegidos para convertirse en padres nunca tenan que sospechar la verdad.el doctor svengaard apart la mente de tales pensamientos, recordndose que la culpabilidad no era un sentimiento permitido entre los miembros de la clase mdica. la culpabilidad conduca a la traicin. y la traicin conllevaba consecuencias funestas. los optimen se mostraban muy susceptibles en el tema de la reproduccin.tales ideas, junto a una pizca de autocrtica, intranquilizaron a svengaard por un momento. trag saliva y se concentr en la actitud de los folk hacia los optimen: ellos son el poder que nos ama y se preocupa por nosotros.con un suspiro se alej de la ventana, rode la mesa y sali por la puerta que conduca al laboratorio a travs de la sala. en la habitacin se detuvo para echarse un vistazo en el espejo: cabello gris, ojos marrn oscuro, barbilla poderosa, frente despejada y labios ligeramente fruncidos bajo una nariz aguilea. siempre se haba sentido orgulloso de la dignidad de su apariencia distante, que adoptaba segn las circunstancias. ahora suaviz el rictus de la boca y ensay una mirada de inters compasivo.s, esto bastara para los durant, teniendo en cuenta la perfeccin de sus perfiles emocionales. la enfermera washington hizo pasar a los durant al laboratorio mientras el doctor svengaard entraba a travs de su puerta privada. los tragaluces del techo tamborileaban y silbaban bajo la lluvia. de pronto, el mal tiempo pareci introducirse en la habitacin: cristal asptico, acero, vinilo, baldosas. todo fro. llova sobre todo el mundo, y todos los humanos haban tenido que pasar por una habitacin como aquella. incluso los optimen.el doctor sinti un instantneo rechazo hacia los padres. harvey durant era un tipo gil, de poco ms de metro ochenta, de cabello rubio rizado y ojos azules. tena una cara redonda que aparentaba inocencia y juventud. lizbeth, su esposa, tena casi la misma talla, el mismo color de cabello y los mismos ojos azules, y tambin era joven. su figura recordaba el vigor de las valkirias. colgada del cuello llevaba una cadena de plata con el talismn de los folk, una efigie en bronce de la mujer optiman, calapina. el culto a la reproduccin y las implicaciones religiosas de la figurilla no pasaron inadvertidos al doctor svengaard. disimul una mueca de disgusto. pero los durant eran unos padres robustos, el vivo testimonio de la perfeccin de la ciruga que les haba diseado. el doctor se permiti un momento de orgullo hacia su profesin. pocas personas podan formar parte del restringido grupo de ingenieros subcelulares que mantena la variedad humana dentro de los lmites.la enfermera washington se detuvo en la puerta, detrs de los durant.-doctor svengaard: harvey y lizbeth durant -les present, y sali sin aguardar a las frmulas de cortesa. su sentido de la oportunidad y la discrecin siempre eran exquisitos.-los durant, es un placer -dijo el doctor-, confo en que mi enfermera no les haya aburrido demasiado con todas esas preguntas y formularios. pero supongo que ustedes ya saban que deberan pasar por esos trmites cuando solicitaron venir a vigilar.-nos hacemos cargo -contest harvey durant, aunque pensaba: que solicitamos venir a vigilar! creer este farsante que puede emplear sus trucos con nosotros?el doctor svengaard percibi el tono forzado de la voz del hombre. esto le molest.-no queremos hacerle perder ms tiempo del estrictamente necesario -intervino lizbeth durant. cogi la mano de su marido y por medio de su cdigo secreto de precisin tctil le dijo-: le has ledo el pensamiento? no le gustamos.harvey respondi con los dedos:-es un pedante, sterrie, tan satisfecho de su posicin que no ve ms all de sus narices.el sensato tono de la mujer molest al doctor svengaard. ella observaba el laboratorio con miradas rpidas y curiosas. tendr que mantener el control, pens el doctor. se encamin hacia la pareja y les estrech la mano. tenan las palmas sudorosas.nerviosos. estupendo, se dijo svengaard.el ruido de la vlvula de bombeo a la izquierda le pareci lo bastante alto. haba que contar con una bomba para poner nerviosos a los padres, por eso tena que hacer ruido. el doctor svengaard se dio la vuelta en direccin al sonido e indic un tanque de cristal rodeado de un campo magntico, casi en el centro del laboratorio. el bombeado proceda de all.-aqu lo tenemos -anunci el doctor. lizbeth contempl la superficie traslcida y lechosa de la tina. se pas la lengua por los labios.-ah?-y completamente a salvo -contest svengaard.el doctor abrig la esperanza de que los durant se fueran a casa y esperaran los resultados.harvey tom la mano de su mujer y le dio una palmadita. tambin el estaba observando la cubeta.-tenemos entendido que ha requerido la presencia de un especialista -coment.-al doctor potter -contest svengaard-. de la central.not que los durant movan las manos con nerviosismo, observando los ndices tatuados; el tipo de genes y la categora. ahora podran aadir la codiciada v de viables, pens, y disimul unos transitorios celos.-el doctor potter, s -contest harvey. por medio de las manos indic a lizbeth-: has odo qu ha dicho de la central?-cmo podra haberme pasado por alto? -respondi ella.la central, pens lizbeth. el lugar evocaba imgenes de los todopoderosos optimen, pero tambin le record a los cyborg, que en secreto se oponan a los optimen. todo ello la llen de inquietud. su hijo ocupaba todos sus pensamientos.-sabemos que potter es el mejor -continu ella-, y no queremos que nos considere sentimentales y desconfiados.-. pero vamos a vigilar -concluy harvey, al tiempo que pensaba, este estirado no debe olvidar que conocemos nuestros derechos legales.-comprendo -replic el doctor svengaard. malditos estpidos!, pensaba, pero mantuvo la voz en un tono inexpresivo y prosigui-: su preocupacin es algo a tener en cuenta. la admiro; sin embargo, las consecuencias.no termin la frase para recordarles que tambin el tena sus derechos legales, que poda hacer la intervencin con o sin el beneplcito de ellos y que nadie le considerarla responsable de la insatisfaccin de los padres. la ley pblica 10927 era clara y concisa. los padres podan invocar el derecho a vigilancia, pero la intervencin se haria segn el criterio del cirujano. la humanidad tenia un futuro planificado del que se excluan monstruos genticos y desviaciones imprevistas.harvey asinti con un movimiento rpido y enftico. apret con fuerza la mano de su esposa. fragmentos de historias de horror de los folk y mitos oficiales se entrecruzaban en su imaginacin. el concepto que tena de svengaard proceda en parte de una confusin de relatos y en parte de la literatura clandestina proporcionada por los cyborg a los padres clandestinos, a traves de stedman y merck, de shakespeare y huxley. su juventud se haba alimentado de un pasado tan limitado que era consciente de la inutilidad de la supersticin, a pesar de que era imposible hacerla desaparecer.el asentimiento de lizbeth lleg con lentitud. saba cul deba ser la mayor preocupacin de ambos, pero su hijo segua en la tina.-est seguro -pregunt con toda intencin a svengaard- de que no existe dolor? toda la magnitud de la simpleza de los folk, engendrada en la necesaria ignorancia popular, llen de resentimiento al doctor. saba que deba terminar la entrevista con rapidez. lo que poda decirles a aquellas personas, que se entrometan en su conciencia, interfera con lo que tena que decirles.-este vulo fecundado carece de formaciones nerviosas. fsicamente tiene menos de tres horas de vida y su crecimiento est retardado por la respiracin controlada de nitrato. dolor? el concepto no es aplicable.el doctor svengaard sabia que los trminos tcnicos slo serviran para subrayar la distancia entre los simples padres y un ingeniero submolecular.-supongo que ha sido una tontera por mi parte -reconoci lizbeth-, es. tan insignificante, en realidad an no es humano. -por medio de la mano indic a harvey-: qu inocentn! sus procesos mentales son infantiles!un chaparrn cay sobre la claraboya, y el doctor svengaard dej que acabara el estrpito y despus aclar:-ah, puntualicemos. -pens que era un excelente momento para darles una leccin a aquel par de ignorantes-. su embrin tiene menos de tres horas de vida, pero ya cuenta con todas las enzimas bsicas necesarias para su desarrollo final. un organismo enormemente complicado.harvey le mir con fingido respeto por la sabidura que permita al doctor entender misterios como la formacin y modelacion de la vida. lizbeth dirigi una ojeada al tanque.haca dos das que gametos seleccionados de ella y de harvey haban sido unidos all dentro, sumidos en estasis y se haban empezado a multiplicar a travs de una mitosis limitada. el proceso haba producido un embrin viable, algo no demasiado corriente en su mundo, donde slo unos pocos elegidos se libraban del gas contraconceptivo y se les permita engendrar, y todava un nmero escaso entre ellos produca viables. se supona que ella no deba comprender toda la complejidad del proceso, as que deba ocultar a toda costa el hecho de que s lo entenda. ellos, los optimen genticos de la central, arrasaban con ferocidad todo lo que implicaba la menor amenaza para su supremaca. y ellos consideraban que la peor amenaza era el conocimiento en manos errneas.-qu. tamao. tiene ahora? -pregunt. - -el dimetro es menor de una dcima de milmetro -contest el doctor svengaard. se permiti una sonrisa-. se trata de una mrula; en los tiempos prehistricos ni siquiera hubiera terminado su viaje al tero. en este momento es cuando es ms sensible. debemos intervenir ahora, antes de la formacin del trofoblasto.los durant asintieron impresionados.el doctor svengaard advirti la respetuosa actitud de los padres. perciba sus mentes que buscaban a tientas las simples definiciones adquiridas durante la limitada escolaridad que se les haba permitido. segn las fichas, ella era bibliotecaria en una guardera infantil, y el, un profesor auxiliar de prvulos; ninguno de los dos posea grandes conocimientos.harvey toc la tina y retir la mano de inmediato. la superficie de cristal estaba caliente y despeda unas sutiles vibraciones. sin contar aquel constante zrop-zrop-zrop de la bomba. comprendi lo deliberado de aquel sonido enervante interpretando pequeas pistas en la actitud de svengaard, tal como le haban enseado en los clandestinos. observ el laboratorio: tuberas de cristal, vitrinas grises, relucientes ngulos y curvas de toberas, indicadores como ojos vigilantes. el lugar ola a desinfectantes y a productos qumicos sofisticados. todo el laboratorio consegua un doble propsito: funcionalidad diseada para intimidar a los no iniciados. lizbeth se fij en el nico componente vulgar que reconoca con toda seguridad: un fregadero de mosaico con grifos relucientes. se encontraba entre dos extraos objetos de cristal en relieve.el fregadero preocup a lizbeth. era un lugar destinado a la recogida de desperdicios. all pasaban por el triturador antes de llegar al sistema de reciclado. cualquier objeto pequeo poda echarse dentro y perderse.para siempre. cualquier cosa.-no voy a dejarme disuadir. quiero vigilar -insisti la mujer.condenada!, pens svengaard. ha hablado con voz entrecortada. aquella pista, aquel titubeo la haba traicionado. no se ajustaba a su aspecto enrgico. extralimitacion de maternidad durante la intervencin. a pesar de que el resto de la operacin hubiera sido un xito.-nuestra preocupacin es tanto por ustedes como por su hijo -asegur svengaard-. el trauma.-la ley nos concede el derecho -interrumpi harvey, e indic a lizbeth-: el asunto se est desarrollando mas o menos como habamos previsto.creo que este patn conoce la ley, pens svengaard. suspir. los datos estadsticos indican que de cada cien mil padres, uno insistir, a pesar de todas las presiones, veladas o no. sin embargo, las estadsticas y los hechos son dos cuestiones distintas. svengaard se dio cuenta de cmo le miraba harvey. el hombre se haba extralimitado en proteccin masculina, era evidente. no poda tolerar la frustracin de su compaera. sin duda era un excelente protector, un marido modelo, nunca participaba en orgas de sterries. un lder.un zoquete-la ley -precis svengaard, y su voz rezumaba censura- tambin indica que debo advertir de los peligros del trauma psicolgico a los padres. mi intencin no era insinuar que fuera a disuadirles de la vigilancia.-vamos a vigilar- asegur lizbeth. harvey sinti admiracin por ella. haba representado su papel de forma magistral, incluso la voz entrecortada.-no podra soportar la incertidumbre -prosigui lizbeth-. sin saber.el doctor svengaard se pregunt si deba presionarles. tal vez una llamada a su evidente temor, una demostracin de autoridad. una ojeada al fsico de harvey y a los ojos suplicantes de lizbeth le negaron la posibilidad. iban a vigilar. -muy bien -acept el doctor svengaard.-vamos a verlo desde aqu? -pregunt harvey.el doctor svengaard se qued atnito. -por supuesto que no! -qu primitivos estos patanes. pero se calm al darse cuenta de que tal ignorancia era el resultado del misterio, cuidadosamente fomentado, que rodeaba la formacin de genes. con voz tranquila dijo-: dispondrn de una sala privada, con conexin de circuito cerrado a este laboratorio. mi enfermera les acompaar. la enfermera washington demostr su competencia al aparecer en aquel preciso instante en el umbral. haba estado escuchando, claro. una buena enfermera nunca dejaba estas cosas al azar.-esto es todo lo que veremos aqu? -pregunt lizbeth.svengaard prest atencin al tono suplicante y observ cmo ella evitaba mirar directamente al tanque. todo su desprecio reprimido qued patente en su voz al contestar:-qu ms quiere ver, seora durant? no esperara que le mostrramos la morula? harvey tir del brazo a su mujer y dijo: -gracias, doctor.una vez mas, lizbeth inspeccion la habitacin, evitando mirar la tina.-s, gracias por ensearnos. esta habitacin. nos ayuda a comprender que estn preparados para. cualquier emergencia. -su mirada se centr en el tanque.-no hay de qu -contest svengaard-, la enfermera washington les proporcionar la lista de nombres disponibles. les llevar bastante tiempo escoger un nombre para su hijo, si no lo han hecho ya. -hizo un ademn a la enfermera-. encrguese de acompaar a los durant a la sala nmero cinco, por favor.-me siguen, por favor? -dijo la enfermera washington. se dio la vuelta con aire de impaciencia provocado por el trabajo excesivo, una actitud que svengaard sospechaba comn a todas las enfermeras diplomadas. los durant formaban parte del esquema.hay tanto que hacer. potter, el especialista de la central, que llegar en el momento indicado. y no estar muy conforme con los durant. la gente no tiene ni idea de lo que supone la profesin mdica. la preparacin psicolgica de los padres, robada al tiempo que debera dedicarse a problemas ms importantes. sin duda todo ello complicaba el problema de la seguridad. svengaard record las cinco rdenes destruir despus de su lectura que le haba enviado max allgood, el jefe de la central de seguridad t, durante el pasado mes. eran preocupantes, como si algn nuevo peligro amenazara al departamento.no obstante, la central haba insistido en la necesidad de relacionarse con los padres. los optimen deban de tener buenas razones, pens el doctor svengaard. la mayora de las decisiones que tomaban obedecian a un propsito concreto. algunas veces, svengaard lo saba, caa en la debilidad de sentirse como un hurfano, una criatura sin pasado. esto le produca un mar emocional de dudas que siempre terminaba con el pensamiento: son el poder que nos ama y se preocupa por nosotros. ellos tenan el mundo en sus manos, el futuro planificado: un lugar para cada hombre y cada hombre en su lugar. algunos de los viejos sueos, como los viajes espaciales, ciertas cuestiones filosficas, el aprovechamiento de los mares, se haban archivado de momento, se haban relegado en favor de asuntos mas importantes. ya llegara el da de retomarlos, una vez descubierto qu se esconda al otro lado de la ingeniera submolecular.entretanto existan tareas para los volunta

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