Programa Democracia Nacional - Alemania Nazi Tercer Third Reich Adolf Hitler Joseph Ratzinger.pdf

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编号:60394471    类型:共享资源    大小:1.14MB    格式:PDF    上传时间:2020-03-20 上传人:活*** IP属地:宁夏
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Programa Democracia Nacional Alemania Nazi Tercer Third Reich Adolf Hitler Joseph Ratzinger
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documentos ideol gicos y program ticos de democracia nacional enero 2002 sumario doce principios ideol gicos fundamentales 5 programa democracia nacional 7 conflicto marruecos resoluci n iv congreso 68 tu naci n tus derechos 10 propuestas b sicas 70 diez medidas contra la inmigraci n masiva 71 doce principios ideologicos fundamentales 1 contexto hist rico pol tico el proceso de mundializaci n es el fen meno m s determinan te de nuestro contexto tras el hundimiento del comunismo la mundializaci n capitalista las dos nicas posturas pol ticas reales que existen son el s o el no a esa mundializaci n 2 nuestra posici n en ese contexto decimos no a la mundializaci n y proclamamos que la nica alternativa pol tica real a ella es la alternativa nacional porque la naci n es la nica instancia que todav a tiene fuerza o puede conseguirla para dominar al capitalismo inter nacional 3 afirmamos por tanto el principio nacional los seres humanos no son individuos puros ni miembros an nimos de una humanidad abstracta sino que en virtud de una identidad multifactorial se agrupan en comunidades nacionales y culturales que son el sustrato natural de la agrupaci n social 4 abogamos por la articulaci n arm nica de los distintos niveles de identidad la identidad regional la identidad nacional y la identidad europea la naci n es decir para nosotros espa a es la plataforma fundamental de la idea nacional porque es el instrumento nico de la lucha contra la mundializaci n s lo los verdaderos estados naci n como espa a tienen una posibilidad en la lucha contra las fuerzas del capitalismo mundial pero la espa a que concebimos se presenta como abierta a su diversidad interna y como garante de ella frente a la homogeneizaci n mundialista y tambi n como abierta a la construcci n de una europa que sobre su com n identidad cultural construya un s lo bloque geopol tico frente a u s a no olvidamos nuestra misi n de aumentar nuestros v nculos con hispano am rica para frenar all la infiltraci n norteamericana 5 nuestra estrategia es la de presentar la naci n como nico garante de los derechos sociales y pol ticos del pueblo amenazados por el proceso de mundializaci n capitalista es la l nea tu naci n tus derechos 6 abogamos por la unidad soberan a e identidad de espa a para eso nos oponemos a a separadores y separatistas a centralistas e independentistas b a las instancias mundialistas o t a n b m f m i u e o m c etc c a la inmigraci n masiva 7 tenemos un concepto social de la econom a la econom a debe estar al servicio del bien com n y no de minor as privilegiadas por razones extra das de la realidad emp rica y no por principio somos partidarios de una econom a de mercado dirigida hacia el bien co m n a favorecer las rentas del trabajo sobre las del capital y a la defensa de los desprotegidos nos oponemos a la precarizaci n del trabajo y a la eliminaci n del estado del bienestar y por ello nos oponemos a al comportamiento desleal de la u e 5 b a la competencia desleal de pa ses extranjeros c a la importaci n masiva de mano de obra barata 8 al contrario que la democracia liberal no concebimos al ser humano como un individuo puro y rechazamos el falso igualitarismo que de esa concepci n se deduce pero atribui mos a todos los seres humanos la dignidad de seres racionales y los derechos que de ella se deducen libertad de pensamiento y expresi n de asociaci n reuni n manifestaci n in vestigaci n etc distinguiendo cuidadosamente estas libertades del delito de incitaci n a delinquir que ha de ser perseguido de la concesi n de estas libertades m s la adopci n del sufragio universal no como m todo de producci n de verdad o racionalidad sino como simple instrumento de consenso en aras de la concordia civil derivamos nuestro car cter democr tico 9 pero nuestra democracia es diferente de la democracia actual a hay democracia donde hay un demos un pueblo una naci n democracia sobera n a popular y soberan a nacional son t rminos equivalentes b la actual democracia est secuestrada por el poder de las lites financieras por la oligarqu a de los partidos y por la desigualdad de oportunidades en los medios de comu nicaci n hay que modificar todo esto construyendo nuevos modelos representativos que escapen a la dominaci n plutocr tica y partitocr tica 10 como patriotas incorporamos el concepto de ecolog a integral la defensa de nuestro patrimonio natural art stico cultural e hist rico como una de nuestras metas irrenunciables 11 nuestro patriotismo no es en ning n momento incompatible con la solidaridad humana universal basada en el derecho de las naciones a su soberan a en el mutuo respeto y en la lucha com n contra el imperialismo mundialista es necesario aumentar y hacer m s efi caz la ayuda a los pa ses pobres tanto por humanidad como para evitar en origen las causas de la inmigraci n por fin consideramos que todo lo anterior exige la apertura de un espacio pol tico nuevo totalmente libre de referencias a movimientos pol ticos del pasado reciente o a otras pocas de la lucha nacional siendo ello una exigencia estrat gica irrenunciable nuestra t ctica es la de lucha pac fica y legal lo que no impide la radicalidad cuando es necesaria 6 programa democracia nacional 7 introducci n 11 t tulo 1 identidad nacional 17 t tulo 2 democracia 25 t tulo 3 econom a y sociedad 29 t tulo 4 crisis espiritual y tica comunitaria 37 t tulo 5 ecolog a 41 t tulo 6 relaciones internacionales 45 t tulo 7 justicia y orden p blico 51 t tulo 8 familia y demograf a 55 t tulo 9 educaci n 59 t tulo 10 inmigraci n masiva 63 ndice 9 introducci n general la mundializaci n y el momento hist rico de la idemocracia nacional el modelo de sociedad en el que hoy vivimos es todav a en esencia el surgido de las ideas del racionalismo moderno tal como lo desarrollaron los pensadores europeos del siglo xvii y de la ilustraci n estas ideas han constituido un mundo sobre cuya viabilidad a medio plazo comienzan hoy por primera vez a surgir dudas ostensibles en la opini n p blica de las socie dades occidentales parece extenderse con cierta constancia la sospecha de que el frente de problemas que empieza a rodear a nuestro modo de vida tiene la envergadura suficiente como para abocarnos a una crisis social en la que nuestros h bitos e instituciones se ver an sacudidas por contradic ciones muy dif ciles de resolver manteniendo intacto nuestro sistema social no es raro en esta situaci n o r voces te idas de des nimo e incluso de total desesperanza no es poco frecuente la opini n de que todas las conquistas sociales de la modernidad est n abocadas a una ruina irremediable a medio plazo frente a este tipo de fatalismo desalentado nosotros entendemos que la nica actitud hist ricamente responsable es la que desde el reconocimiento de los problemas y la dolorosa clari videncia sobre sus ra ces no est sin embargo dispuesta a dejarse llevar por el catastrofismo ni a consentir una regresi n hist rica en la racionalidad social renunciando sin m s a los logros de la modernidad pues bien es esta actitud la que presta su tonalidad general a nuestra reflexi n inicial es indudable que la modernidad ha jalonado los ltimos siglos de nuestra historia con etapas decisivas en el desarrollo del esp ritu humano la voluntad de desalojar la arbitrariedad del seno de la vida social y el acceso del hombre a su plena autoconciencia como ser libre y responsable son objetivos irrenunciables que heredamos con el complejo legado de estos siglos pero parece imposible desconocer que a un mismo tiempo nuestra poca ha llevado hasta el extremo la voluntad de racionalidad hasta un extremo en el que la imagen del hombre y su sociedad empieza a entrar en contradicci n con la naturaleza humana real de modo que parece que nos hemos desviado peligrosamente de todo camino hist rico efectivamente transitable es necesario preguntarse en qu momento tomamos el camino del callej n sin salida que hoy intentamos sortear entendemos que el esp ritu de la modernidad ha insistido en concebir al ser humano como un ente solitario en el universo aislado desarraigado arrancado de sus v nculos con la natura leza con la historia y con el esp ritu este esfuerzo tit nico del hombre moderno por centrarse de modo absoluto sobre s mismo desechando todo intento de encontrar armon a en un orden natural estaba a largo plazo destinado a entrar en contradicci n con la realidad de las cosas y 11 ten a por eso mismo que terminar levantando un frente de contradicciones en diversos rdenes el espiritual el nacional el econ mico el ecol gico que es el que hoy amenaza la viabili dad de nuestra sociedad y exige la matizaci n de sus fundamentos espirituales modernidad e ilustraci n alumbraron el proyecto de un dise o social perfectamente ra cional que teniendo al individuo humano abstracto como nico ladrillo pudiese ser extendido a la totalidad del planeta seccionando con el filo de la raz n los lazos de cada pueblo con su historia con su entorno y con todo concepto de divinidad en aras de la materializaci n de este dise o el hombre hab a de dejar de sentirse heredero de una tradici n que pudiese cimentar una identidad colectiva ten a que dejar a la vez de sentirse parte del sistema de la naturaleza para pasar a establecer con ella una relaci n de mera explotaci n exhaustiva y ten a que dejar de lado la profunda intuici n de que la verdad de su naturaleza lo relegaba como destino ltimo a una espiritualidad trascendente de este modo la autoconciencia racional del individuo se convirti en un delirio de megaloman a que ha terminado por hacer imposible la constituci n de una identidad colectiva sobre los v nculos y las determinaciones que dan su contenido real a la vida humana comunitaria desde esta ideolog a se desencaden la voluntad de homogeneizar a todos los pueblos del globo destruyendo progresivamente sus identidades nacionales la volun tad de extirpar sistem ticamente la huella de lo sagrado en la existencia de los hombres y la voluntad de entregarse al dominio t cnico econ mico del mundo como destino ltimo del g ne ro humano y la definitiva consecuci n de tales objetivos habr a de coincidir con la instaura ci n de una paz perpetua que bien podr a considerarse el fin de la historia el hecho es que hoy en lugar de ese pac fico final feliz la sensibilidad general detecta la amenaza de un futuro inquietante a todo esto es a lo que hoy llamamos mundializaci n o globalizaci n y constituye el hecho hist rico pol tico crucial de nuestra poca con relaci n a l se definen las dos nicas posturas pol ticas realmente posibles nadie ignora que el gran proyecto de la modernidad que acabamos de caracterizar en un par de trazos se encarn f cticamente en dos versiones distintas elliberalismo y el comunis mo el primero era en esencia el intento de acceder a los objetivos de la modernidad mediante la instauraci n de una concepci n contractualista de la sociedad que encontraba su expresi n m s pura en las relaciones desnudas de mercado el comunismo se propon a la obtenci n de resultados semejantes utilizando esta vez como medio la expansi n mundial de un estado totalitario el reciente derrumbamiento de esta segunda versi n del racionalismo social moder no ha dado paso a una situaci n que no ofrece a nuestros contempor neos m s proyecto social e hist rico que la propuesta final del liberalismo la reducci n de la humanidad a un nico mercado planetario nos enfrentamos hoy pues a la versi n capitalista de la mundializaci n o globalizaci n es el proyecto liderado por las grandes fuerzas econ micas y pol ticas de nuestro tiempo y por esa gran potencia estatal que se ha erigido en juez y guardi n del mundo es tambi n el proyecto de una intelectualidad que cr tica en tiempos pasados presta hoy cober tura ideol gica al capitalismo internacional con un discurso sospechosamente igualitarista y universalista pero a la vez que por el empuje casi irresistible de esas fuerzas vemos cada d a m s cerca la materializaci n de ese designio asistimos tambi n a la generaci n de disonancias cada vez m s estruendosas que nos hacen presentir el fracaso final del intento falta en primer lugar a esa dudosa empresa hist rica la capacidad de convertirse en fundamento eficaz de la vida social comunitaria nuestra existencia colectiva est vac a y es 12 que una sociedad pierde el fundamento de su vida en com n cuando deja de tener como colec tividad fines propios y distintos de los fines de sus partes cuando la comunidad misma se ha disuelto en los intereses privados de sus individuos por desgracia hoy en nuestra sociedad toda proposici n de fines valores o principios colectivos diferentes y ocasionalmente superio res a los fines de las partes corre el peligro de ser tachada de integrismo o de totalitarismo el dogma oficial insiste en erradicar todo v nculo social que no proceda del simple inter s de los particulares expresado en la red de contratos econ micos de un mercado mundial unificado y nadie parece darse cuenta de que este discurso que es el dominante viene a ser un verdadero integrismo un fundamentalismo del dogma individualista no es de por s evidente que el individuo puro sea la nica referencia posible en la construcci n de la sociedad y que el entra mado de sus contratos sea la nica sustancia posible de lo social no es de por s evidente que tengamos que pasar m s all de una econom a de mercado a una sociedad de mercado pero todav a resulta m s dudoso que ese fundamentalismo individualista sea compatible con la supervivencia de nuestra sociedad a medio plazo este modelo social en cuya encarna ci n cada vez m s pura insisten incansablemente las grandes fuerzas sociales tiene delante problemas que no parecen triviales es capaz este modelo de reconstituir la tica social m ni ma que es precisa para la supervivencia de una comunidad compleja como la nuestra es capaz de satisfacer la universal aspiraci n de los pueblos a recuperar y conservar su identidad nacional es capaz de resolver los des rdenes econ micos y sociales que se avecinan a nivel nacional e internacional es capaz de organizar una respuesta eficiente aldesaf o ecol gico podr sobrevivir a la crisis pol tica que puede ser la consecuencia de todos los problemas anteriores con toda probabilidad la naturaleza misma de este modelo social as como los intereses que lo sostienen lo incapacitan para dar una soluci n global a esta oleada de proble mas que vemos avanzar hacia nosotros desde el futuro cercano por eso es absolutamente preciso que nazca la fuerza social capaz de hacerse cargo del significado de nuestros problemas y de plantear una salida global coherente a nuestra situaci n actual esta iniciativa social que nos esforzamos en construir tiene que hacer llegar a nuestros conciudadanos la conciencia de la necesidad de matizar los conceptos de hombre y sociedad que hoy est n vigentes es bien posible que en el porvenir las sociedades avanzadas se vean obligadas a renunciar a esa consideraci n extremadamente racionalista del ser humano que lo trata como un yo puro carente de ra ces es posible que como consecuencia directa de esta renuncia la sociedad del futuro tienda a recoger en su sustancia contenidos de dimensi n supraindividual que permitan una nueva articulaci n de las relaciones entre el hombre y los grandes mbitos en los que ste por naturaleza hunde sus ra ces y es bien posible que esta nueva articulaci n se ale el nico camino posible hacia el reencuentro con esos fundamentos comunitarios m nimos que deben garantizar la persistencia de nuestra sociedad y en este mo mento parecen faltar entendemos que todas esas raigambres que enlazan la existencia del hombre con su tradi ci n su cultura su entorno natural y su aspiraci n espiritual son en cuanto fundamento de la vida en com n el contenido de lo que llamamos la identidad nacional y a todo ello nos referimos cuando hablamos de lo nacional su reivindicaci n no es ni patrioterismo ni tribalismo 13 ni un tradicionalismo servi l sino el sobrio esfuerzo por devolver a nuestro pueblo aquellos pilares de su vida comunitaria que conformando su identidad colectiva lo conviertan en una comunidad de sentido capaz de traducirse en un proyecto hist rico viable la idea nacional en la medida en que comporta la sustituci n del integrismo individualis ta implica devolver a la sociedad el compromiso m nimo que resulta imprescindible para asu mir colectivamente los retos que la realidad misma lanza a todo grupo humano que lucha por su supervivencia es la ausencia de ese compromiso m nimo es el dogma individualista el que hoy nos impide enfrentarnos ya con serenidad a los problemas que apuntan en el horizonte la simple suma de intereses individuales y de libres contratos no es instrumento suficiente para garantizar nuestra existencia futura como comunidad es necesario que nos vayamos agrupan do como naci n para hacer frente coordinadamente a nuestros problemas y por eso es necesa rio que sentemos las bases espirituales de un reagrupamiento nacional pero esta voluntad de compromiso que conlleva la idea nacional como nosotros la queremos ha de ser ante todo tolerante de una tolerancia que corte el paso a todos los integrismos tambi n al individualista para asumir y proteger las conquistas de la racionalidad moderna este es justamente el desaf o que nos proponemos estas conquistas a las que nos referimos son la libertad colectiva y la libertad indivi dual la libertad colectiva no es m s que la democracia en sentido estricto es decir la capaci dad de un pueblo de determinar su destino la libertad individual est constituida por las llamadas libertades fundamentales y por los derechos humanos todo junto constituye lo que cotidianamente llamamos democracia sin m s la democracia como marco pol tico jur di co es la forma general de nuestra sociedad desde la perspectiva de que la democracia es un bien que hay que defender existen hoy motivos para considerar que la libertad colectiva y la libertad individual se encuentran coartadas por las lites financieras y pol ticas adem s esta mos inmersos en una din mica que tiende a falsear a n m s la participaci n del pueblo en la toma de decisiones en virtud de un doble proceso por una parte se hace cada vez m s evidente que las lites econ micas pol ticas e intelec tuales de nuestro mundo articuladas de modo creciente a nivel supranacional y apoyadas en el dominio de los recursos financieros los partidos pol ticos y los medios masivos de comunica ci n est n secuestrando la soberan a popular estas lites se cierran sobre s mismas en un circuito inaccesible para el ciudadano que ve disminuir d a a d a la efectividad de sus cauces de participaci n pol tica y que se siente cada vez menos representado por sus dirigentes conforme constata que sus problemas cotidianos quedan permanentemente desatendidos lo caracter sti co de este proceso es que los centros de decisi n se alejan paulatinamente del pueblo hacia instancias internacionales por eso entendemos que el rescate de la soberan a popular pasa hoy necesariamente por el rescate de la soberan a nacional de forma que hoy la reivindicaci n de lo nacional se presenta indisolublemente unida a la reivindicaci n de la democracia y en segundo lugar la democracia espa ola est corro da por su propio vac o interno a aquellas naciones a las que se concede la libertad hay que concederles a la vez la oportunidad de emplearla en grandes tareas nacionales en otro caso se obtendr no m s que una cohorte de individuos espectrales habitando una democracia fantasmal la democracia es la forma jur di co pol tica de la sociedad pero a esa forma hay que ofrecerle un contenido nuestra democra 14 cia se nos muere de puro vac o puesto que siendo un continente sin contenido se parece cada vez m s a la cascara de un fruto vano este es pues el momento de proponer lo nacional como contenido de esa forma que es la democracia y de esta sencilla propuesta se deriva nuestra f rmula democracia nacional queremos que bajo o la forma de la libertad nuestro pueblo sea capaz de retornar a su identidad comunit
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